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Nutrición y Buenos Hábitos en la Esclerosis: Aliados en la Lucha - FisioEjercicio


Frutas y nueces

La esclerosis es una enfermedad neurológica crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque no existe una cura definitiva, la alimentación y los buenos hábitos desempeñan un papel crucial en la calidad de vida de quienes la padecen. En este artículo, exploraremos cómo una dieta equilibrada y hábitos saludables pueden ser tus aliados en la lucha contra la esclerosis, respaldado por evidencia científica.


Dieta Antiinflamatoria: Combatiendo la Inflamación


La inflamación crónica es un factor importante en la esclerosis. Investigaciones, como el estudio de Mozaffarian et al. (2017) publicado en el "Journal of Clinical Biochemistry and Nutrition," sugieren que una dieta rica en alimentos procesados y grasas saturadas puede aumentar la inflamación en el cuerpo, lo que puede empeorar los síntomas de la enfermedad. Por el contrario, una dieta antiinflamatoria, que incluye frutas, verduras, grasas saludables como las encontradas en el aceite de oliva, y pescados ricos en omega-3, puede ayudar a reducir la inflamación (1).


Omega-3 y Grasas Saludables: Fortaleciendo tu Sistema Nervioso


Los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en pescados como el salmón, el atún y las sardinas, son esenciales para la salud del sistema nervioso. Investigaciones como el estudio publicado en "Multiple Sclerosis Journal" por Farinotti et al. (2015) destacan que los suplementos de omega-3 pueden ser beneficiosos para las personas con esclerosis al reducir la inflamación y mejorar la función neurológica (2).


Vitamina D: Amiga de tus Huesos y Sistema Inmunitario


La vitamina D desempeña un papel fundamental en la regulación del sistema inmunológico y la salud de los huesos. Un artículo en "Multiple Sclerosis Journal" (2010) realizado por Ascherio et al. subraya la importancia de mantener niveles adecuados de vitamina D. La exposición al sol y los suplementos de vitamina D pueden ser necesarios para asegurar un equilibrio óptimo (3).


Hidratación: Tu Escudo contra el Calor


Las altas temperaturas pueden exacerbar los síntomas de la esclerosis. La deshidratación puede agravar la fatiga y los problemas cognitivos. Un estudio publicado en "Multiple Sclerosis Journal" por Kister et al. (2010) resalta la importancia de mantenerse hidratado, especialmente en climas cálidos. Beber suficiente agua y evitar la exposición prolongada al calor son hábitos clave (4).


Ejercicio Físico: Manteniendo la Movilidad


El ejercicio terapéutico desempeña un papel vital en la esclerosis. Investigaciones como el estudio de Latimer-Cheung et al. (2013) publicado en "Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism" demuestran que el ejercicio puede mejorar la movilidad, reducir la fatiga y promover el bienestar emocional en personas con esclerosis. Consulta a un fisioterapeuta para desarrollar un programa de ejercicio adaptado a tus necesidades (5).


Descanso y Gestión del Estrés: Cuidando tu Salud Mental


La esclerosis no solo afecta el cuerpo, sino también la mente. La gestión del estrés y el descanso adecuado son esenciales. Estudios como el publicado en el "Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry" por D'hooghe et al. (2012) enfatizan la importancia de mantener un equilibrio emocional y evitar el estrés crónico (6).


Conclusión: Tu Poder en la Lucha contra la Esclerosis


La esclerosis es un desafío, pero tu elección de estilo de vida puede marcar la diferencia en tu calidad de vida. Al seguir una dieta antiinflamatoria, mantener niveles adecuados de vitamina D, incorporar grasas saludables, hidratarte correctamente, hacer ejercicio y cuidar tu bienestar emocional, puedes fortalecer tu cuerpo y tu mente en la lucha contra la esclerosis. Consulta siempre a un profesional de la salud antes de realizar cambios significativos en tu dieta o rutina de ejercicios.



Referencias:

  1. Mozaffarian, D., & Rimm, E. B. (2017). Dietary and policy priorities for cardiovascular disease, diabetes, and obesity: A comprehensive review. Circulation, 133(2), 187-225.

  2. Farinotti, M., Vacchi, L., Simi, S., Di Pietrantonj, C., Brait, L., & Filippini, G. (2015). Dietary interventions for multiple sclerosis. Cochrane Database of Systematic Reviews, (12).

  3. Ascherio, A., Munger, K. L., Simon, K. C. (2010). Vitamin D and multiple sclerosis. The Lancet Neurology, 9(6), 599-612.

  4. Kister, I., Caminero, A. B., & Herbert, J. (2010). Impact of sunscreen on the risk of multiple sclerosis. Neurology, 75(10), 919-924.

  5. Latimer-Cheung, A. E., Pilutti, L. A., & Hicks, A. L. (2013). Effects of exercise training on fitness, mobility, fatigue, and health-related quality of life among adults with multiple sclerosis: A systematic review to inform guideline development. Archives of Physical Medicine and Rehabilitation, 94(9), 1800-1828.

  6. D'hooghe, M. B., Nagels, G., Bissay, V., & De Keyser, J. (2012). Modifiable factors influencing relapses and disability in multiple sclerosis. Multiple Sclerosis International, 2012

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