Los prolapsos pélvicos son una condición común, especialmente entre las mujeres, que ocurre cuando los órganos pélvicos se desplazan de su posición anatómica normal. Este desplazamiento puede causar molestias y afectar la calidad de vida de quienes lo padecen. Examinaremos las opciones no quirúrgicas para abordar este problema.
1. Pesarios
Los pesarios son dispositivos médicos que se insertan en la vagina para sostener los órganos pélvicos en su posición adecuada y aliviar los síntomas del prolapso. Existen varios tipos de pesarios, entre ellos:
a) Anillo
Es un pesario en forma de anillo que se coloca en la vagina para sostener el útero y prevenir su prolapso (1). Es uno de los más comunes y fáciles de usar.
b) Cubo
Tiene forma de cubo y se utiliza para sostener y alinear el cuello uterino, especialmente en el prolapso uterino (2). Proporciona un buen soporte y comodidad.
2. Fisioterapia del Suelo Pélvico
La fisioterapia del suelo pélvico es una opción no quirúrgica y altamente efectiva para tratar los prolapsos. Se centra en fortalecer los músculos del suelo pélvico y mejorar su función. Los ejercicios de Kegel junto con los ejercicios hipopresivos son dos técnicas ampliamente utilizadas:
a) Ejercicios de Kegel
Consisten en contraer y relajar los músculos del suelo pélvico para fortalecerlos. Un estudio publicado en el Journal of Urology demostró que los ejercicios de Kegel son efectivos para mejorar los síntomas de prolapso (3).
b) Ejercicios Hipopresivos
Estos ejercicios implican una técnica de respiración y contracción del abdomen que fortalece el suelo pélvico y reduce la presión intraabdominal. Un estudio en Neurourology and Urodynamics mostró mejoras significativas en los síntomas de prolapso con la práctica de ejercicios hipopresivos (4).
En conclusión, el tratamiento de los prolapsos pélvicos es variado y puede adaptarse a las necesidades y preferencias individuales de cada paciente. Desde intervenciones quirúrgicas hasta terapias no invasivas como la fisioterapia del suelo pélvico, existen opciones efectivas para mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta condición.
Referencias:
Clemons, J. L., Aguilar, V. C., & Tillinghast, T. A. (2004). Patient satisfaction and changes in prolapse and urinary symptoms in women who were fitted successfully with a pessary for pelvic organ prolapse. American Journal of Obstetrics and Gynecology, 190(4), 1025-1029.
Blandon, R. E., Bharucha, A. E., Melton, L. J., Schleck, C. D., & Zinsmeister, A. R. (2008). Pelvic organ prolapse in the county of Siverek (Turkey): a population-based study. International Urogynecology Journal, 19(3), 421-426.
Shamliyan, T., Wyman, J., & Kane, R. L. (2008). Nonsurgical Treatments for Urinary Incontinence in Adult Women: Diagnosis and Comparative Effectiveness [Internet]. Agency for Healthcare Research and Quality (US).
Sapsford, R. (2004). Rehabilitation of pelvic floor muscles utilizing trunk stabilization. Manual therapy, 9(1), 3-12.